Mucho se habla y se escribe sobre crianza, pautas educativas, normas y límites, etc. Hay que admitir abiertamente que lo de ser padre y madre es muy difícil y se va aprendiendo sobre la marcha, a pesar de que a veces parece que todo el mundo sabe mejor que tú lo que tienes que decir y hacer con tus hijos. 

En ocasiones, algunos deciden consultar con el psicólogo para ver qué más pueden hacer, entender qué pasa con sus hijos, y en definitiva para solucionar algún problema o mejorar el ambiente en casa.

Este es otro tema más en el que no hay apenas normas universales. La forma de educar a los niños depende del momento en el que se viva, el lugar y su costumbres culturales, y por supuesto de los padres en cuestión.

En el contexto de la terapia se intenta ayudar a las familias con diversas estrategias:

- Lograr el trabajo en equipo entre los padres, que haya cohesión y acuerdo sobre cómo hacerlo con los hijos.

- Asegurarnos de que los niños se encuentran bien, se sienten seguros, protegidos, y atendidos como necesitan.

- Ver qué están haciendo los padres que funciona y qué no, para así probar cosas diferentes. 

- Decidir si hay que hacer cambios sobre los ritmos de vida, horarios, carga de trabajo, etc., tanto de los padres como de los hijos.

- Y por supuesto reconocer el esfuerzo de los padres, apoyarlos, y aligerar el peso y agotamiento que supone la crianza, pensando en cómo ellos pueden cuidarse para poder seguir cuidando a sus hijos.

El resto de elementos son bien conocidos… grandes dosis de paciencia, autocontrol, comunicación entre todos, y sobre todo momentos en los que la familia pueda disfrutar y sentirse unida.