El por qué de la terapia breve

Una de las preguntas que se hace mucha gente antes de ir al psicólogo es cuánto tiempo dura el tratamiento y a cuántas sesiones tendré que ir.

Siempre explicamos que no hay un número de sesiones predefinidas ni ideales, dependerá de muchas circunstancias, como el problema que le trae a consulta o el ritmo al que vayan ocurriendo los cambios y las mejorías.

Sabemos por todas las investigaciones que se han realizado hasta el momento sobre la eficacia de las psicoterapias, que las personas deciden finalizar el tratamiento (de promedio) entre la 8ª y la 10ª sesión, además de que la mayor parte del cambio que producimos los psicoterapeutas ocurren en las 5 primeras sesiones. 

No sólo eso, los modelos de terapia con un enfoque breve han demostrado ser igual de eficaces que otros a largo plazo, empleando un número de sesiones mucho más reducido. 

Estas son algunas razones que justifican el empleo de modelos de intervención breves, que no prolongan innecesariamente los tratamientos, que no generan dependencia al tratamiento o al terapeuta, y que acaban suponiendo un ahorro económico para los que la utilizan.

En la sección de eficacia que enlazo, ofrezco resultados de mis últimos 4 años de trabajo y 200 casos. No es nada excepcional, o no debería serlo, que mostráramos con más normalidad datos sobre nuestros resultados, no sólo porque debemos enseñarlos, sino por hacer que la psicoterapia siga ganándose el crédito y la confianza que se merece.

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Qué hacer con la ansiedad

Es uno de los problemas psicológicos más frecuentes y por el que muchas personas piden ayuda en consulta psicológica. En general, se soluciona de forma rápida y eficaz en varias sesiones de tratamiento.

La terapia ayuda con herramientas para manejar las sensaciones físicas y sobre todo los pensamientos o rumiaciones que alimentan este malestar. Otra de las cosas que ayuda a minimizar los síntomas es desactivar la sensación de pánico que se percibe al notar las sensaciones típicas de los ataques de ansiedad (palpitaciones, mareos, temblores, sudoración, …), y que suelen interpretarse con ideas dramáticas (me voy a morir, se me va a parar el corazón, etc.).

Algunas estrategias para el manejo de pensamientos como el entrenamiento en atención plena (Mindfulness) resultan muy útiles, pero hay otras muchas para tener más control sobre los procesos automáticos (casi siempre pensamientos repetitivos) que activan y mantienen la ansiedad. 

En otras ocasiones es conveniente cambiar el estilo de vida si también es parte del problema; o modificar algunas creencias o ideas que generen estrés, como un exceso de autoexigencias.

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Terapia de pareja

La vida en pareja es un asunto que suele interesar a todo el mundo, cómo hacer para que todo vaya bien, para sentirnos queridos, comprendidos y apoyados, atraídos por la otra persona, o cómo establecer una comunicación sana y fluida.

Los terapeutas de pareja se dedican a intervenir cuando uno de ellos (o ambos) piden ayuda porque se sienten atascados o sin ideas para solucionar un problema de pareja, cuando el desgaste por los problemas diarios o el tiempo hacen mella en la relación, por dificultades en algún área concreta (crianza, comunicación, relaciones sexuales, infidelidad, etc.).

Es frecuente trabajar en consulta para que la pareja vuelva a encontrarse, restableciendo conversaciones más constructivas, alimentando un trato más cariñoso, tomando decisiones sobre su día a día, de forma que puedan compartir momentos que les lleven a sentirse más unidos de nuevo. 

En otras ocasiones algún evento importante genera una crisis entre la pareja (pérdidas, problemas económicos, malas relaciones con la familia política), y suele ser necesario generar más sensación de unión y trabajo en equipo para superar estos momentos.

La terapia de pareja también puede ayudar a llevar a cabo una separación de la manera menos dolorosa posible, cuando ambos están atascados o no saben qué pasos dar o qué decisiones tomar, evitando que los hijos se utilicen como armas con las que atacarse.

El tratamiento no necesariamente requiere que ambos acudan a las sesiones, se puede trabajar en un formato individual o de pareja, de manera que aunque uno no quiera acudir (algo bastante frecuente) se puede trabajar en consulta para generar cambios en esa relación de pareja.